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VIVIENDA RURURBANA

 

Hasta 1880 la construcción que predomina en la vivienda es el rancho. Lo que queda es una mezcla entre el rancho y la casa italianizante. Porque las paredes son más finas que el rancho y el techo no es

(Néstor Menéndez, La Provincia de San Luis de 1880 a 1943).
Vivienda perteneciente a la familia Sosa, según datos de Catastro, fue construida, alrededor de 1930.
De la vivienda original sólo se conserva una pieza, con techos de tirantes de madera y chapas de zinc, revocado en barro con grasa, a efectos de evitar la humedad y blanqueada con cal y sal gruesa a modo de conservar más tiempo la pintura.
Los dueños originales eran el matrimonio compuesto por doña Eva Quiroga, nacida en Huejeda una localidad del sur de San Luis, y don Francisco Sosa, nacido en Alto Pelado. Habita actualmente la casa un hijo del matrimonio.
Vivienda ubicada en calle Constitución 385.
Vivienda ubicada en calle Balcarce 1284.
Vivienda baja, con techo de un agua, con tirantes de madera y chapas de zinc, ventanas muy pequeñas con dinteles de madera, poco iluminada.
Según Catastro, la construcción data de 1910. Se observan en el interior de los patios, árboles de gran porte.

La propietaria original era la Sra. Bernarda Palma de Díaz, madre de don Dionisio Díaz y abuela de don Juan Carlos Díaz, informante en nuestro caso, nacido en 1923. Estas personas eran oriundas de Algarrobo Blanco, localidad cercana a la ciudad capital de San Luis.

Los siguientes testimonios describen las proporciones de los terrenos que ocuparon las viviendas rururbanas

Según me contó mi mamá, se vinieron por razones económicas, en el campo no había trabajo, mi papá era arriero, hachero, hacía tareas de campo. Mi papá compra esta propiedad (Constitución 385) siendo soltero, lo hace a la familia Ruocco, a modo de tener una inversión. Originariamente eran corrales o lugares para tener animales sueltos, tipo chacras. Después de dos o tres años de casado se vienen a vivir a la ciudad.

(2001 - Sr. Sosa )

Bueno mi padre se vino de muchacho pichonón, yo no había nacido, podrá haber sido en 1910, puede haberse venido a la ciudad, más o menos... yo calculo. Estos eran potreros (...) mi abuela le dio unas vacas, pasto no había problema porque era una potrerada y me acuerdo que un caballo habíamos traído, no había alambrado, todo era abierto y a la tarde íbamos con mi papá, después que salía del trabajo, a buscar las vacas.

( 2001 - Sr. Díaz)


Estos testimonios ilustran la relación de clases

Mi padre era un hombre muy enfermo, pasaba largos períodos internado. Mi madre trabajaba en casas de familia, muy sufrida por aquellas épocas porque no había nada poblado por aquí. Lavaba platos en un conocido hotel y trabajó veinticinco años en la casa de la Sra. Verbeke de Canta, que luego fue mi madrina de bautismo.

(2001 - Sr. Sosa)

Mi padre era un hombre de campo todavía, pero ya andaba trabajando en la construcción, ya estaba aprendiendo el oficio. Mi mamá lavaba ropa a la familia Ponticelli. La querían muchísimo. Un hijo de esa familia (...) fue padrino mío. Ellos le daban ropa, y le regalaban los cielorrasos, ve, nosotros le quitábamos el yeso y hacíamos las sábanas.

(2001 - Sr. Díaz)


De Rancho a Vivienda Rururbana

Rancho ubicado en camino a Siete Cajones, El Trapiche.
VIVIENDA RURURBANA: un tipo de vivienda baja que presenta en su construcción algunas características del rancho rural y de la vivienda urbana:

* Características del rancho rural: una o dos habitaciones, una puerta central, ventanas pequeñas, escasas o nulas.
* Características de la vivienda urbana, sobretodo en el uso de materiales: adobones o ladrillos revocados con barro, blanqueados con una mezcla de cal, grasa y sal, troncos en el techo cubiertos con chapa, de una sola agua, piso de tierra o portland en algunos casos.
Vivienda ubicada en calle Caseros 625
Rancho ubicado en las Canteras de Piedra Laja, camino a Balde de la Isla, La Florida.
Vivienda ubicada en calle Caseros entre Balcarce y 25 de Mayo
Pared de adobe con pequeña ventana
Detalles de construcción

Detalle de Techo de chapa sostenido por tirantes de madera
Detalle de pared de adobe

Descripción testimonial de los trabajos que desempeñaban los habitantes de las viviendas rururbanas en la ciudad

De allí del campo traíamos leña en ganchos para acá, o en el carro. Traíamos tres, cuatro o cinco atados, los burros llenos de leña. Eran unas cargas grandotas… se hacían ataditos, las preparábamos para salir a vender. No me acuerdo cuánto habría valiu, diez centavos habría valiu. Le poníamos ocho o diez atados al burro y salíamos a vender por la calle gritando: ¡leña! ¡leña cortada con hacha!. Y la gente nos compraba, andábamos por la Plaza, el Centro . . . los burros eran cancheros.

(2001 - Sr. Díaz)

También vendíamos la leche, se traían 16, 20, 25 litros… según, llega un tiempo que hay mucha y otras veces no hay tanta porque hay terneros chicos. La leche se transportaba… se ensillaba un caballo con un apero y arriba del apero venía un aparato que se llamaba árgana. Entra un tacho a la derecha y otro a la izquierda del animal. Se saca el tacho del árgano, se pone sobre la pierna y se vende un litro, dos, según. Teníamos el litro armadito. No se podía vender toda porque no había quien comprara; era muy jodida la vida. Y bueno, mi tío me decía: Hacé lo que querá con la leche: vendé; si alguien te la quiere cambiá, cambiá. La llevaba a la verdulería, la cambiaba por papa; en otro lao, por batata… negociaba toda la leche.

(2001 - Sr. Díaz)


El ingenio quedaba de manifiesto a la hora de conseguir una moneda

Cuando finalizaba mis tareas, yo tenía un burro ¡era muy lindo el burro!, muy activo… y en la Plaza… yo lo llevaba a él; no lo llevaba arriando porque se me disparaba, entonces me subía a él y le daba unos varillazos en la paleta y corcoveaba, ¿ve?. Los muchachos de la Plaza, había muchachos grandes, que era el Centro, ¿ve?, de la gente rica. ‘¡Hacélo corcovear! ¡Hacélo corcovear!’ me decían, ¡no!… si me dan unas chirolas, sí. Así que los muchachos juntaban entre todos unos cinco, otro cinco, otros cinco… me daban veinte centavos y lo hacía corcovear. Les gustaba a los muchachos porque el burro cuando corcovea se tira unos cuezcos y les gustaba, eso los divertía.

(2001 - Sr. Díaz, 78 años)


Anécdotas de la vida cotidiana

Se hacían ijares en tiempo de verano, el cuero de un yeguarizo se estaqueaba bien estaqueao y eso se ponía abajo pa’ no poner en el suelo el colchón, porque se dormía ajuera, no había gente ladrona como hay ahora. Si, si, toda la familia, cada uno tenía un ijar. Después se levantaba el colchón, se alzaban los ijares, los colgaban en un cuartito para que no se asolearan ni se mojaran.

(2001 - Sr. Díaz)

En la época de Carnaval, juntábamos las serpentinas para hacer los colchones… ¡mire si había miseria!. ¡No vaya a creer que éramos nosotros nomás! Montones de gente iban a juntar la serpentina que quedaba para hacer los colchones. (…) Había mucha pobreza. Usábamos hasta los colchones de chala. Se juntaba la chala en tachos, se les sacaba el tronquito y cuando los colchones estaban viejos, quedaban flacos, y mi abuela los cambiaba y ¡era un colchón hermoso! Ruidoso. ¡Era un ruiderío de chalas!.

(2001 - Sr. Díaz)


   
Universidad Nacional de San Luis